El proceso electoral de 3 de octubre ha sido una de las más sucias, de acusaciones, puyazos y amenazas; candidatos y periodistas que denunciaron el plan maquiavélico de Ángel Carrión fueron víctima de amenaza sistemática en Anra, Huari y Huaraz.
En medio de la guerra sucia se desarrollo las elecciones, el ganador sin ninguna duda fue el “out sider” Luís Alberto Sánchez candidato de UPP, lidero una opción diferente y dio golpe en las elecciones municipales en Anra, superando ampliamente a sus más cercanos oponentes.
En medio de la guerra sucia se desarrollo las elecciones, el ganador sin ninguna duda fue el “out sider” Luís Alberto Sánchez candidato de UPP, lidero una opción diferente y dio golpe en las elecciones municipales en Anra, superando ampliamente a sus más cercanos oponentes.
En gran perdedor del proceso electoral ha sido Ángel Carrión, este candidato no solo jugó sucio sino orquestó una burda campaña de desprestigio contra el postulante upepista para acceder al gobierno local.
Los líderes del MANPE, movimiento político regional que sirvió de paragua y de vientre de alquiler al candidato limeño, Ángel Carrión deben estar decepcionados por esta mala elección, se equivocaron de principio a fin. En política todo tiene su precio, los errores se pagan, no vale reclutar a última hora a personajes de dudosa reputación.
Ángel Carrión mordió el polvo de la derrota; ni los votos golondrinos le salvaron, carga sobre sus hombros una cruz muy pesada por el compromiso contraído con los financistas de la campaña; en esta vía crucis no está solo, tiene un compañero en el camino, Geovani Bueno (Somos Perú), candidato del continuismo, este “político” advenedizo corrió la misma suerte, pensó ganar las elecciones con el apoyo del Alcalde Francisco Santiago pero sucumbió igual sin pena ni gloria.
Mientras Ángel Carrión y Geovani Bueno se disputaban el voto de la plaza electoral de Anra, John Sánchez con mucha astucia y sagacidad, que solo los “viejos” políticos saben hacer, hizo un trabajo más inteligente y audaz estructuró un mejor plan de gobierno y dio la sorpresa con los votos de Cascay, localidad con importante peso electoral.
En Anra, soplan nuevos vientos, tiempos de esperanza y desarrollo, el electorado decidió votar sabiamente por la mejor opción; dijo no al candidato limeño y al continuismo que quiso torcer la voluntad popular con votos golondrinos para tomar por “asalto” el botín de la municipalidad de Anra.
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